Está rodeada de restaurantes, un pequeño muelle desde donde también se puede abordar una lancha y recorrer la zona, y rústicas cabañas de palma donde el turista puede relajarse.
Si bien acá es difícil darse un buen chapuzón debido a la abundante presencia de rocas, sin duda el viaje vale la pena, porque también podrás disfrutar de piscinas saladas formadas en medio de las piedras. Es decir, a falta de playa, una buena piscina de agua salada. Y todo al natural.
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